En una época donde la
calidad en la televisión y las series estaban todavía en pañales y nos
tragábamos lo que fuera, entonces apareció Twin Peaks de la mano de David Lynch
y Mark Frost. Todo cambio en la historia de la televisión...
Una serie de intriga donde nada es lo que parecía y con elementos oníricos de origen “Lynch-niano” inconfundibles que complementaban una trama en donde cada personaje por sencillo que fuera ocultaba varias facetas oscuras.
Y este anodino pueblo que
resulta un nido de secretos y perversiones, termina provocando pasiones a lo
largo y ancho del mundo. Se han escrito libros, hay una precuela con la última
semana de Laura Palmer y una horda de seguidores y fans por una serie. Fue la
primera vez había este nivel de popularidad por una serie.
Y no es para menos, no es
que haya envejecido bien, es que es atemporal. Una serie que mantiene fresca su
originalidad y no tiene una pizca de desfase ni de pérdida de intriga. Incluso
sus partes excéntricas están tan bien encajadas y son tan buenas que el paso
del tiempo no les ha hecho perder su potencia visual ni de sentido.
Si eres un fan de las series, es obligatorio por la tercera enmienda que te veas esta. Un retazo de la historia de la televisión y las series. Una historia buenísima, emocionante e intrigante. Visualmente extraordinaria, musicalmente magnifica y con unos personajes inolvidables que jamás desaparecerán de tu recuerdo.
Qué recuerdos con esta maravillosa serie.
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